Descripción
Dios instituyó un Principio General de Autoridad por la cual él mismo se rige. De acuerdo con este principio, debemos hacer dos cosas:
1º Obedecer las autoridades por él instituidas.
2º Ejercer autoridad sobre las personas que lideramos.
Es tan malo desobedecer, como no ejercer la autoridad. En ambos casos traen consecuencias muy malas.
Desobediencia fue el pecado del Rey Saúl, que lo deshonro. Adán no ejerció autoridad sobre la tierra que Dios le dio, y permitió que el diablo le robara esa autoridad. Fue así que la tierra fue tomada por el diablo, y quedo maldecida.
La fe verdadera, que vence al mundo, está basada en la comprensión de estos principios. Muchas veces los propios creyentes desconocen la conexión que hay entre la fe, y el Principio General de Autoridad y Sumisión.
Había un centurión, que no iba a la Iglesia, no leía la Biblia etc. Y sin embargo Jesús dijo que nunca había encontrado a nadie con tanta fe como él. Ni aún en medio de los creyentes, encontró a alguien con tanta fe.
¿por qué motivo Jesús hablo así?
¿por qué razón este hombre tenía la fe del mayor grado que existe?
Es que este Centurión entendia y operaba en los Principios de Autoridad y Sumisión:
1º Se sometia a las autoridades que tenia sobre él.
2º Ejercer autoridad sobre los soldado que él lideraba.
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